EN DEFENSA DE LO HORTERA
Hoy un domingo perezoso, soleado y veraniego me dispongo mientras mi mascarilla Deliplus del Mercadona (para los que no compren cosmética en el supermercado especifico marca y establecimiento) haciendo efecto de medios a puntas (siguiendo fielmente las indicaciones establecidas para el uso de dicho producto) a hablaros de lo hortera.
Estos estandartes son sencillos, porque otra cosa no, pero simples son, puesto que el capitalismo sabe muy bien que la sociedad tiene las mismas luces que un callejón de un poblao gitano a las cuatro de la madrugada y pone unos mandamientos claros y asequibles para todo tipo de cerebros, por si aca, no vaya a ser que alguien no entienda que tienen que hacer viajes lejanos al menos una vez al año, hacer algun deporte "no hortera" almenos una vez al mes (absténganse de hacer aerobic, por lo visto ya no se lleva "ahora") comer alguna cosa rara y extrajera una vez por semana, o más, (cuanto más mejor) vestirse según lo que el monstruo INDITEX estipula.
Con esto no quiero decir que yo odie todo lo moderno, no se trata de un artículo que ensalce lo antiguo frente lo moderno si no más bien de un articulo que pelea contra el concepto de que solo lo NUEVO es bueno, y de que hay una sola forma de ser y existir.
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¿Por qué? Pues porque me parece la mejor manera de presentarme aquí ante ustedes, puesto que yo, servidora y redactora jefe de este blog (que bien suena, coño) soy lo que comúnmente y despectivamente se conoce en estos mundos de dios como una HORTERA.
Me abstengo de añadirle la fácil y concurrida rima "DE BOLERA" porque aunque en mis tiempos adolescentes frecuenté asiduamente este tipo de establecimientos, actualmente no me dejo caer por esos lares, y no porque no me guste jugar a los bolos, si no porque no soy yo de pandillas, collitas, grupitos y colegueos gregarios des de hace un tiempo ya y por si no lo sabíais os informo que ir a la bolera en pareja o en la más estricta soledad quita el espíritu de la bolera en sí, y yo, como voy a desarrollar ahora soy firme defensora del estancamiento, el mantenimiento del espíritu y las buenas costumbres allá donde sea necesario mantenerlas y preservarlas.
Hablemos de lo hortera. Hoy en día "lo normal" y lo entrecomillo (según mi corrector existe este concepto) porque considero que estas alturas del sarao vital vendría haciendo fatal dejar de dividir las cosicas del querer y del convivir entre normales y no normales, pero siendo fiel a lo que en mi tiempo me ha tocado ver y escuchar, lo cierto es que tenemos una idea muy clara como sociedad de lo que debe de ser una casa, una manera de vestir, una manera de actuar, una manera de cocinar y una manera incluso de comportarse en sociedad y todas esas maneras, normativas y cánones vienen alimentados y perpetuados por el maravilloso, el irrepetible e indiscutible (especialmente esto último) argumento: "ahora se lleva así".
Este "ahora se lleva así" humilla, ningunea y detesta "el antes se hacia así" y si nuestros abuelos abusaron en exceso (valga la redundancia) de todas las maneras ancestrales perpetuadas de padres a hijos desde los albores de la humanidad para proceder en todas sus fatiguitas de la vida, nosotros nos hemos vuelto medio imbéciles con todas las modernidades y nuevas formas abiertas y flexibles (que de esto último tienen bien poco) de hacer las cosas de toa la vida de dios.
De esta manera, las casas deben ser minimalistas, blancas, impolutas, con decoraciones que nada tienen que ver con nuestro entorno natural o nuestra cultura, véase esas calaveras de ciervo (creo que es ciervo) absolutamente nauseabundas decorando un piso del Eixample de Barcelona, o esos ramos de flores silvestres y frescas (flores cortadas, se me hiela la sangre) que solo puede comprar a diario una persona que no da ni un palo al agua.
Os aviso antes de proseguir que soy criticona y no tengo pelos en la lengua para decir lo que creo que debe ser dicho.
Avisados quedáis.
Prosigo; con la cocina también hay mucha tontá, empezando por la moda "de no comer", que eso ya es otro cantar, aunque si que quería compartir mi inquietud en este aspecto, puesto que como mujer, considero que el resultado de mi delgadez es absolutamente proporcional a la comida que ingiero, de esta manera si me pongo fina filipina parezco una matrona de Ourense (benditas matronas gallegas) y si como poco (como de un tiempo a este parte llevo haciendo) me mantengo en ese peso cómodo y admirado por la sociedad que son los benditos 58 kilitos reina, por tanto me inquieta como narices se las apañan para mantener esas cinturas, esos músculos tonificados y aun así trabajar; o no jalan, o solo hacen deporte, o...bueno todas las opciones llevan a lo mismo: currar, lo que es currar, sultanas de la alhambra, no curran mi arma.
Siguiendo con la cocina, ya no se llevan los pasteles fríos de atún, salmón, jamón dulce y queso, y toneladas de mayonesa con decoraciones abstractas y en ocasiones incluso realistas (ríanse ustedes del atrevimiento marujil) con anchoas, pimientos escalibados, olivas sin hueso, esparragos y por favor, el rey de las ensaladillas, el huevito duro cortado a laminitas coronando un rico manjar. Oye que no, que ya no se llevan, que ahora eso es: HORTERA, ahora la gente come ensaladas de aguacate y rúcula, mucha remolacha (podría dedicar un post entero a que cojones le veis la remolacha) y quinoa, entre otros muchos productos "de moda" que te mataran de hambre y aburrimiento.
Pero no podemos terminar este post sin hablar de la vestimenta o de los caminantes de Zara, como yo he bautizado a las congéneres de mi especie. Lo que esta de moda te lo pones y te callas guapita, aunque se ponga de moda el gorro de pescador que lleva tu abuelo para no pillar una insolación regando el huerto, los pantalones de ciclista con las americanas de vestir, los tejanos rotos como si fueras a chutarte la metadona al CAP de la Mina, o los vestidos para ir a un sacrificio humano azteca.
Te lo pones y te callas porque se lleva.

No vaya a ser que viajen por su maravilloso y estupendo país, coman como no comerán en ningún lado, se muevan de forma sana sin necesidad de sudar como un pollo asado, o pisen un mercadillo vintage, no vaya a ser, en definitiva, que se conviertan en personajes extraños y deleznables que van en contra del progreso. No vaya a ser que sean ustedes unos HORTERAS.

No, no puedo con el efecto instagramer, no puedo con ciertas absurdeces (creo que esta palabra no existe) y no me van a meter entre pecho y espalda el concepto de mujer que "se lleva ahora".
Pues no señores, no, a mi me gusta lo HORTERA; me encantan los hules con estampados sesenteros, adoro los mercados y las batas de las tocineras, pescateras, charcuteras y polleras del mundo mundial, me encanta la tortilla de patatas HECHA, los pasteles fríos, los puñeteros cócteles de gambas, la ropa planchada y entera, los vestidos ajustados a la cintura, el bitterkas, los cardados, el maquillaje excesivo, las casas con tropecientos cachibaches sin una lógica común, los cocidos, la gente que dice palabrotas, los estampados que no combinan, la ropa de mi abuela, las hombreras, la gente que no dice "en plan" "rollo que" "random" "crush" y otras palabrerías sosas y anglosajonas (que pa' mi es lo mismo), me encantaría irme de vacaciones a Benidorm, a la Manga del mar Menor y a la Costa Daurada y no a un puto paraje de ensueño donde me tengo que vacunar de fiebre amarilla para ir tomar el sol, no, no me gusta el deporte, el fitness, la aventura ni las comidas japo, tailandesa, y otras cocinas exóticas que tanto entusiasman a todos y a mi no me dicen NÁ de NÁ.
¡¡¡¡¡¡SEÑORAS QUE VIVA LO HORTERA!!!!
No he tocado el tema musical a posta. Solo avanzo que : VIVA LA COPLA, EL FLAMENCO Y LA RUMBA.
Si me quréis ANIMARSUS.
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